Esta práctica se basa en que si realizamos un ejercicio físico sin tener nuestra reserva de azúcar (glucógeno) llena, nuestro cuerpo debería recurrir más al combustible graso para obtener energía. La intensidad es diferente según la persona, el ejercicio y el tipo de duración del entrenamiento. En intensidades bajas usamos una mayor proporción de grasa. Mientras que a niveles de intensidad altos usamos más cantidad relativa de azúcares (energía más rápida).
La diferencia de un deportista que entrene en ayunas y un convencional es que el primero encuentra una mejora en la recuperación post-entrenamiento y en la composición corporal, reduciendo la porción de grasa del cuerpo y manteniendo la masa muscular, por lo que les invito a probarlo en nuestras clases de ciclo a primera hora de la mañana. Esta práctica tiene lugar en personas entregadas al ejercicio como nuestros galeones. Es importante que estemos bien hidratados.
Y recuerda que “entrenar a cualquier hora es mucho mejor que no hacerlo” intenta conseguir al menos media hora al día para tu entrenamiento…
Davinia Corrales(Técnico del C.A.D. El Galeón)
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